domingo, 28 de noviembre de 2010

La comunicación informática ofrece a los educadores oportunidades y desafíos
extraordinarios. Profesores e instructores con años de experiencia en la docencia explican que las redes informáticas promueven la interacción de alta calidad y el intercambio que constituyen el meollo de la educación. Puede haber un contacto estrecho y diario entre el estudiante y el profesor y entre los alumnos, sin importar su apariencia, su ubicación ni el grado de confianza en sí mismos. Las redes de aprendizaje ofrecen la oportunidad de un intercambio fértil de información e ideas en el que todos los estudiantes pueden participar de forma activa, aprender los unos de los otros y del profesor. Debido a que en el medio escrito las personalidades quedan al descubierto y debido a que el grupo comparte un mundo de conocimientos que han construido en colaboración y que constituye su experiencia única, a menudo nace una sensación fuerte de camaradería. El hecho de que sus compañeros vean sus contribuciones proporciona a los estudiantes una fuerte motivación para hacer un trabajo del que estén orgullosos. Otro factor que mejora la calidad de la participación es que los alumnos pueden dedicar mucho tiempo a reflexionar antes de hacer sus aportaciones. Estas características de los cursos en red, junto con el acceso ampliado y democrático, resultan por lo general en una contribución en forma de materiales por parte de los alumnos mucho mayor de lo que podrían aportar en una clase cara a cara a partir de lo primero que les viniera a la cabeza. Tanto el profesor como los alumnos aprenden de las contribuciones que hace el grupo. La docencia en red es una experiencia intelectual verdaderamente placentera. Sin embargo, a menos que el profesor facilite las actividades en red con pericia, pueden desarrollarse problemas graves. Una conferencia puede convertirse en un monólogo al estilo de una lección tradicional y recibir muy pocas respuestas.
Puede convertirse también en una montaña desorganizada de información que resulte confusa y abrume a los participantes. Incluso puede fracasar a nivel social y convertirse en una simple lista de nombres carente de identidad colectiva.
Este capítulo explora las técnicas que pueden usarse a fin de que la CEI tenga más probabilidades de convertirse en una experiencia social e intelectual placentera y enriquecedora para todos los participantes y de reducir la probabilidad de que surjan problemas. Estas técnicas se pueden aplicar a la enseñanza en red con independencia del modelo elegido para el curso así comodel nivel o el tipo de educación.